Fecha: 22 de enero
Ponente: Diego Delgado Silvera
Nutricionista
Claves de la exposición:
1. La condición del sistema inmune no depende de los agresores externos sino de la fortaleza interna.
2. Somos más fuertes cuánto más felices estamos con lo que hacemos y con lo que somos.
3. Más que preocuparnos de ataques externos, sería mejor ocuparnos de nuestra condición.
4. Nuestra condición mejora cuando estamos en paz y en calma interna y armonizamos con el entorno.
5. Los alimentos limpios y vitales aumentan las defensas.
La FUERZA CURATIVA NATURAL (FCN) que habita dentro de nosotros es la mejor arma de que disponemos para recuperarnos.
HIPÓCRATES
... y es nuestra responsabilidad mantener la FCN en las mejores condiciones.
El organismo es un sistema de entradas y salidas: ALIMENTACIÓN, ASIMILACIÓN y ELIMINACIÓN.
Cuando funciona adecuadamente, hay equilibrio, salud, homeostasia.
Cuando no se elimina al mismo nivel que se ingiere, hay ACUMULACIÓN por consumo de TOXINAS (sustancias residuales en la sangre) que originan SÍNTOMAS que instauran la enfermedad.
Los síntomas, en realidad, son la activación de los MECANISMOS DE DEFENSA que tienen la finalidad de restablecer el EQUILIBRIO PERDIDO.
Por tanto, los síntomas son aliados que nos avisan y ayudan a recuperar la condición de salud interna.
Principales toxinas (HOMOTOXINAS): comestibles, química agroalimentaria, polución, tabaco, drogas, fármacos, radiaciones, productos químicos (pinturas, organoclorados, limpieza), venenos, parásitos, bacterias, virus, hongos, emociones negativas, traumas, viento, frío, calor, sequedad, humedad.
Principales alimentos debilitadores del sistema inmune: azúcar, cereales refinados, golosinas, lácteos industriales, refrescos, bollería, helados, chocolate, frutas tropicales, comida fría, galletas, etc. Estos crean debilidad, exceso de mucosidad, cansancio, ansiedad, desmineralización, catarros repetitivos y desvitalización.
Mientras que carnes, embutidos, quesos duros, comidas pesadas, fuertes y copiosas, fritos, aceites vegetales trans, mariscos, churros, hamburguesas, caldos/sopas comerciales y papas de bolsa, crean sobrecarga, alergias, residuos en la piel, congestión, infecciones, arritmias y problemas circulatorios y linfáticos.
FAVORECE EL SISTEMA INMUNE: Lactancia materna, cereales integrales, legumbres, semillas, alimentos biológicos, regeneradores de la flora (miso, fermentados), fortalecedores digestivos (kuzu), verduras de raíz, alimentos frescos, comer menos y de manera regular, descontaminantes (algas, miso y umeboshi).
Además de desarrollar paz y calma interna, el sistema inmune se fortalece al encontrar el propio sentido de la vida, mejorar la relación con el exterior, tener un sueño reparador, adaptarse al lugar, clima y estaciones, realizar prácticas respiratorias, practicar ejercicio físico regular y tomar suplementos activadores del sistema inmune.