Fecha: 25 de abril
Ponente: Juan Li
Maestro taoista
Para conseguir el equilibrio y la salud es importante trabajar con la mente, es en ella donde se genera tanto el miedo como la felicidad.
Si entendemos la mente gráficamente como un iceberg, encontramos distintas zonas.
1.- MENTE SUPERFICIAL.- Fluctuación
La parte superior del iceberg, la que sobresale del agua. Es la mente que almacena toda la información que nos llega diariamente. Se cansa, se satura, se dispersa. Es inestable, turbulenta. Esta es una mente dominada por el ego. Está limitada.
El límite entre la mente superficial y el río de los sueños es cuando nos estamos quedando dormidos.
2.- RIO DE LOS SUEÑOS.- Fantasias
Dominada por un ego más flexible. Aquí todo es posible. Es el espacio de la fantasía, de la imaginación, del enamoramiento. Fuera del tiempo regido por la acción del inconsciente.
3.- MENTE TRAUMATIZADA.- Traumas
Es el ego que ha sufrido experiencias desagradables, pueden ser traumas tapados por largo tiempo, nuestros o de la estructura familiar. Esta mente es muy frágil. Es el inconsciente.
4.- MENTE PROFUNDA.- Imparcial
No tiene diálogo. Está presente. La experimentamos como silencio e infinitas posibilidades.
Nos interesa contactar con la mente profunda, imparcial, que no se ve afectada por los miedos de la mente superficial, ni por las fantasias del rio de los sueños. Es importante ir más allá de la mente polarizada, acudir a la mente profunda, con una cualidad vibratoria superior.
5.- MENTE ORIGINAL.- Luz
Es nuestra verdadera naturaleza. Su cualidad es el infinito bienestar. No le afectan los dramas de la vida. Es fuente de salud.
La causa de la enfermedad es la turbulencia de la mente superficial, cansada, agotada. De la mente original irradia el modelo de la perfección de cada célula y tejido.
En una era de cambios acelerados, es conveniente apoyarse en un punto estable, en la mente profunda. Pero la pregunta es ¿como accedemos a ella? Mediante la respiración a través del canal central.
Este canal central tiene a su vez un subcanal a su izquierda y otro a su derecha, conectados con la respiración.
Cuando respiramos por la fosa nasal derecha, se activa el hemisferio izquierdo (tranquilo, sereno) y cuando respiramos por la fosa nasal izquierda, se activa el hemisferio derecho (activo).
Durante el día, la respiración va fluctuando de una fosa nasal a otra y esta es la causa de experimentar el ego, de conectar con la mente polarizada.
La vía más directa de acceder a la mente profunda es armonizando la respiración, respirando a través del canal central.